Piso pélvico en hombres: qué es y cómo sentirlo

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Este artículo es gentileza de ensuelofirme.com – escrito por Laura Rojas

Tal vez esta es la primera vez que oyes hablar de algo llamado piso pélvico o, al menos, la primera vez que alguien te dice que tú también tienes “de eso”. El piso pélvico en hombres, como en mujeres, es el conjunto de estructuras que cierran el espacio inferior de la pelvis. Si bien son ellas las más conscientes con esta zona de su cuerpo (debido a las consecuencias que tienen sobre sus estructuras factores como el embarazo, el parto o la menopausia), tú, amigo mío, también tienes unos cuantos motivos para empezar a cuidarlo, y el primer paso para ello es conocerlo y aprender a sentirlo.

¿Qué es el piso pélvico?

El piso pélvico masculino se sitúa en la parte inferior de la pelvis, y actúa como base o como “cierre” del compartimento abdómino-pélvico, que es el espacio en el que se encuentran las vísceras. En pocas palabras y para entendernos, el piso pélvico es esa zona sobre la que te apoyas cuando estás sentado y que abarca:

  • de adelante a atrás: desde el hueso púbico (justo encima de la base del pene) hasta el cóccix (parte final de la columna vertebral).
  • de lado a lado: el espacio comprendido entre los dos huesos laterales que sientes al sentarte, llamados isquiones.

El espacio delimitado por estos cuatro elementos óseos es el piso pélvico, una especie de hamaca compuesta por diversos tejidos: músculos, nervios, vasos sanguíneos, fascias y ligamentos.

Estos músculos están compuestos por dos tipos de fibras: las rápidas y las lentas. Hay una mayor proporción de fibras musculares lentas, que trabajan de forma constante para llevar a cabo las funciones de sostén y control. Las fibras rápidas, menos numerosas, pasan a la acción contrayéndose de forma voluntaria y rápida.

Los órganos genitales masculinos, es decir, el pene y el escroto, se sitúan en el exterior, fuera de esa hamaca, “un piso por debajo” del piso pélvico.

¿Para qué sirve el piso pélvico?

Te preguntarás por qué es tan importante cuidar esta zona de tu cuerpo cuando, en realidad, es bastante probable que nunca te hayas parado a pensar en ella. Pues bien, es importante debido a estas tres funciones esenciales que tu piso pélvico desarrolla sin que te des cuenta en tu día a día:

  • Controla la continencia urinaria y anal, y favorece un correcto vaciado de la vejiga y el intestino.
  • Sirve de soporte para los órganos pélvicos (vejiga y recto).
  • Participa en la función sexual, con un importante papel en la erección y en la eyaculación.

Así, un piso pélvico debilitado, por factores como la edad o el ejercicio físico sin control, puede estar relacionado con problemas urinarios y de próstata. Del mismo modo, cuando un hombre se somete a una operación de próstata, necesita rehabilitar su piso pélvico mediante ejercicios para volver a controlar su esfínter uretral.

Además, si la musculatura de tu piso pélvico está en forma, podrás mejorar la calidad de tus relaciones sexuales. Y aunque sólo sea por este motivo, creo que te interesa seguir leyendo…

Trucos para localizar el piso pélvico

Antes de empezar un programa de ejercicios para poner en forma tu piso pélvico, es necesario empezar por el principio: localizar y sentir la musculatura que lo compone. Los músculos del piso pélvico se sitúan en torno a los dos orificios de esta zona, uretra y ano, rodeándolos y formando parte de los esfínteres que controlan la orina (esfínter uretral) y las heces y gases (esfínter anal).

Con estos cuatro trucos aprenderás a sentir y contraer tu musculatura perineal:

  1. Detener la micción. Debido a su implicación con el esfínter uretral, un método eficaz para localizar, sentir y aprender a contraer los músculos del piso pélvico consiste en detener la orina la próxima vez que vayas a vaciar la vejiga. Este método nunca debe utilizarse como ejercicio rehabilitador, sólo a modo de test (una vez a la semana como máximo) para comprobar que efectivamente contraes esta musculatura y no otra.
  2. Retener un gas. Como existe también una estrecha relación con el esfínter anal, otro de los trucos para localizar correctamente los músculos del piso pélvico es imaginar que quieres retener un gas. Para ello tendrás que efectuar una contracción del anillo muscular que rodea el ano, sintiendo cómo aprietas y elevas este orificio hacia el interior de tu cuerpo. Si te cuesta contraer la musculatura, puedes probar a hacerlo acostado, evitando así el efecto de la gravedad sobre las vísceras y el periné.
  3. Utiliza un espejo. Puede ser de utilidad usar un espejo para observar qué ocurre cuando contraes tu piso pélvico. Si la contracción se realiza correctamente deberías observar cómo tu escroto sube notablemente y cómo tu pene se retrae.
  4. “Ordeña” la uretra. Cuando termines de vaciar completamente la vejiga, realiza una contracción del piso pélvico. Con ello conseguirás expulsar el líquido remanente, si lo hubiera, por lo que esta maniobra puede ser de utilidad para comprobar esa posibilidad, así como para mejorar el goteo postmicción.

Una vez hayas localizado y aprendido a contraer y relajar la musculatura que compone tu piso pélvico, estarás preparado para empezar con este programa de entrenamiento específico para hombres que te propongo.

Y bien, ¿qué tal han funcionado estos trucos? ¿Has conseguido sentir la musculatura de tu piso pélvico? ¿Ya la conocías? ¿Has encontrado alguna dificultad?

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