Este artículo es gentileza de ensuelofirme.com – escrito por Laura Rojas
Tal vez esta es la primera vez que oyes hablar de algo llamado piso pélvico o, al menos, la primera vez que alguien te dice que tú también tienes “de eso”. El piso pélvico en hombres, como en mujeres, es el conjunto de estructuras que cierran el espacio inferior de la pelvis. Si bien son ellas las más conscientes con esta zona de su cuerpo (debido a las consecuencias que tienen sobre sus estructuras factores como el embarazo, el parto o la menopausia), tú, amigo mío, también tienes unos cuantos motivos para empezar a cuidarlo, y el primer paso para ello es conocerlo y aprender a sentirlo.
El piso pélvico masculino se sitúa en la parte inferior de la pelvis, y actúa como base o como “cierre” del compartimento abdómino-pélvico, que es el espacio en el que se encuentran las vísceras. En pocas palabras y para entendernos, el piso pélvico es esa zona sobre la que te apoyas cuando estás sentado y que abarca:
El espacio delimitado por estos cuatro elementos óseos es el piso pélvico, una especie de hamaca compuesta por diversos tejidos: músculos, nervios, vasos sanguíneos, fascias y ligamentos.
Estos músculos están compuestos por dos tipos de fibras: las rápidas y las lentas. Hay una mayor proporción de fibras musculares lentas, que trabajan de forma constante para llevar a cabo las funciones de sostén y control. Las fibras rápidas, menos numerosas, pasan a la acción contrayéndose de forma voluntaria y rápida.
Los órganos genitales masculinos, es decir, el pene y el escroto, se sitúan en el exterior, fuera de esa hamaca, “un piso por debajo” del piso pélvico.
Te preguntarás por qué es tan importante cuidar esta zona de tu cuerpo cuando, en realidad, es bastante probable que nunca te hayas parado a pensar en ella. Pues bien, es importante debido a estas tres funciones esenciales que tu piso pélvico desarrolla sin que te des cuenta en tu día a día:
Así, un piso pélvico debilitado, por factores como la edad o el ejercicio físico sin control, puede estar relacionado con problemas urinarios y de próstata. Del mismo modo, cuando un hombre se somete a una operación de próstata, necesita rehabilitar su piso pélvico mediante ejercicios para volver a controlar su esfínter uretral.
Además, si la musculatura de tu piso pélvico está en forma, podrás mejorar la calidad de tus relaciones sexuales. Y aunque sólo sea por este motivo, creo que te interesa seguir leyendo…
Antes de empezar un programa de ejercicios para poner en forma tu piso pélvico, es necesario empezar por el principio: localizar y sentir la musculatura que lo compone. Los músculos del piso pélvico se sitúan en torno a los dos orificios de esta zona, uretra y ano, rodeándolos y formando parte de los esfínteres que controlan la orina (esfínter uretral) y las heces y gases (esfínter anal).
Con estos cuatro trucos aprenderás a sentir y contraer tu musculatura perineal:
Una vez hayas localizado y aprendido a contraer y relajar la musculatura que compone tu piso pélvico, estarás preparado para empezar con este programa de entrenamiento específico para hombres que te propongo.
Y bien, ¿qué tal han funcionado estos trucos? ¿Has conseguido sentir la musculatura de tu piso pélvico? ¿Ya la conocías? ¿Has encontrado alguna dificultad?