Estos músculos no se ejercitan de forma espontánea, aunque mantengas una excelente condición física y practiques deporte. Algunos factores de riesgo son:
· Embarazo y parto: son la principal causa del debilitamiento aunque a veces sus efectos no aparecen hasta muchos años después de haber tenido un hijo.
· Entrenamiento posparto: en el postparto se suelen realizar ejercicios abdominales para recuperar la silueta sin considerar como han quedado los músculos del piso pélvico, que no deben soportar importantes aumentos de presión abdominal.
· Prácticas deportivas: la práctica de deporte es sin duda muy beneficiosa para la salud en general. No obstante, algunos deportes que requieren saltos e impactos (trote, aerobox, tenis, crossfit, etc.) aumentan la presión intrabdominal, y empeoran el tono muscular pélvico.
· Climaterio y menopausia: los cambios hormonales pueden producir una pérdida de la resistencia de los músculos del piso pélvico. Además, el simple paso de los años los va atrofiando, como cualquier musculo del cuerpo que no se ejercita. Por ello si no han aparecido síntomas antes, en esta etapa se manifiestan habitualmente los efectos de la debilidad de los músculos del piso pélvico, como la incontinencia urinaria.
· Herencia: 4 de cada 10 mujeres tienen una debilidad innata de los músculos del piso pélvico. Por ello, si hay un antecedente familiar de disfunción de piso pélvico es importante evaluar su estado aunque no existan otros factores de riesgo.
· Hábitos y otros factores: retener mucho tiempo la orina, la obesidad, el estreñimiento, la tos crónica por tabaquismo o enfermedades respiratorias; en general, cualquier aumento repetitivo de la presión intrabdominal.